domingo, 27 de marzo de 2011

La Mente


La mente por la que yo soy lo que soy, es completamente distinta del cuerpo, y es más fácil de conocer que éste.
René Descartes

Si bien hay elementos claramente identificables físicamente hay ciertas cosas que resultan ser fénomenos mentales: pensamientos, sensaciones, ideas etc. Estos se dan en aquello que llamamos mente.

El problema entre cuerpo-mente resulta un gran reto ya que la mente tiene ciertas propiedades que no aparecen en ningún otro lugar del mundo natural. Algunos estados mentales son coincientes y producen una sensación definida. En cambio una piedra no tiene ninguna sensación. Los estados mentales pueden además representar cosas.

Descartes, de quien hablaremos más profundamente adelante, estableció que se podia dudar del cuerpo mismo y de cualquier onjeto físico del mundo pero no se podía dudar de la existencia de la mente por el simple hecho de que la duda misma es un estado mental, que por lo tanto confirma la existencia de la mente. De aqui se desprende su tan famoso Cogito Ergo Sum (Pienso, luego existo). Como se puede dudar del cuerpo y no de la mente Descartes razona que deben ser diferentes y busca centrarse en la diferecnia concebible a la real. El hecho de que se conciba que dos cosas existen aparte una de otra no prueba que sean verdaderamente distintas.

John Stuart Mill y Bertrand Russell plantearon que se podía probar la existencia de otras mentes y no sólo de la propia argumentando si cuando a mí me duele me contraigo puedo inferir que al contraerme siento dolor. De esta manera puedo inferir que otro al contraerse siente dolor. En lugar de considerar la conducta de otros como evidencia de que tienen mente, Gilbert Ryle sostiene que la conducta es una vinculación directa con la mente. De manera que contraerse no es una prueba de que se siente dolor sino que es parte del dolor mismo. Wittgenstein argumentó que las palabaras que se aprenden para los estados mentales sólo señalan la conducta de otros. Así que contraerse forma parte del signficiado del dolor. De esta manera es posible conocer los estados mentales de los demás. Sin embargo cada persona tiene un modo especial de acceder a su mente.

Leibniz sugirió que cuerpo y mente son causalmente independientes y que Dios crea una armonía preestablecida entre ellos para que pueda parecer que interactúan. Algunos otros filosófos han abordado la cuestión de esta interacción rechazando al dualismo y estableciendo una visión monista según la cual sólo existe un tipo de sustancia. Berkeley arumgentaba a favor del idealismo, para el que la única sustancia existente es la mental. Esto sostiene que los cuerpos físicos no son sino ideas mentales, de modo que no debe sorprender que puedan ser influidos por los pensamientos e intenciones.

Actualmente otra de las posturas existentes es el materialismo según el cual no existe nada más que la materia o sustancia física. Pero ¿cómo se llega a la mente a partir de la materia? ¿Cómo se puede tener conciencia de las cosas materiales? Esta es la principal cuestión abordada actualmente entre la relación cuerpo-mente.





 

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