lunes, 28 de marzo de 2011

René Descartes

La proposición de que yo soy, que existo, es verdad necesariamente cuando es expresada por mí o concebida en mi mente. 
René Descartes

Descartes nace en La Haye en 1596, un pequeño poblado en la provincia francesa de Touraine. Se licencia en derech y en 1616 se va a Holanda donde conocer a Isaac Becckman quien vendrá a inspirarlo enormemente. Y en 1629 empieza a trabajar en EL mundo, un manuscrito en el que planeaba explicar todos los fenómenos naturales en términos de materia en movimiento en función de leyes fijas establecidas por Dios. Descartes elimina la obra al enterarse de la condena de Galileo en Roma, y por el hecho que presentaba el sistema solar como un gigantesco fluido donde  la Tiera y los demás planetas eran arrastrados alrededor del sol.



Su obra mas importante tiene que ser las Meditaciones, en ésta el lector es guiado hacia las ideas de la mente, materia y Dios. En la primera meditación se pretende eliminar ideas preconcebidas y en ella Descartes nos presenta razones para dudar de todo aquello que nos parece más evidente. Argumenta que no hay signos seguos que permitan distinguir la experiencia de la vigilia de la del sueño y entonces toda experiencia puede ser por lo tanto sólo una ilusión. Reforzando esta duda Descartes se imagina siendo engañado por un demonio malvado de gran astucia.

En la segunda meditaciones Descartes descubre que es a través de la propia duda que el individuo genera certeza de su existencia. Incluso para ser engañado, él tiene que pensar, y para pensar tiene que existir (De ahí su pienso luego existo). Como puede estar seguro de su propia existencia aun dudando de la existencia de cualquier cosa material, DEscartes concluye que éll es un ser cuya naturaleza esencial consiste en pensar. Esta cinsecuencia se usa en la última meditación para argumentar que mente y materia son sustancias distintas que existen con independencia. --> Descartes concluye que el alma es inmortal.

En la tercera meditación, Descartes presenta que él es la creación de un Dios benevolente y que no es engañoso. Al contrar en sí mismo la idea de un ser perfecto, Dios, Descartes afirma que sólo un ser así puede ser causa de esta idea. Es decir que la idea innata de Dios en la mente de cada uno es la seña de identidad que Dios dejó en su obra. El argumento no parece tan convincente porque descansa sobre una dudoda suposición respecto al origen de las ideas, pero su conclusión, que mientras se confie en ideas claras y distintas no es posible equivocarsem porque Dios no engaña, es de gran importancia para Descartes.

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